Llore en tus brazos y te dije cuanto te amaba, no deje de hacerlo y te preguntaba como nunca porque me habías traido a mi propia alma...Tu tambien empezaste a llorar y me pedias silencio, que mis lagrimas solo lograban brotar las tuyas...Cuando logre entender eso me quede callado y volvi a tomar la misma mano que en un comienzo y empezamos a caminar.
Me explicaste las razones por las que me habias traído a este lugar y a la vez, porque habías sido tu y no otra persona. "¿Recuerdas cuando te dije que te iba a proteger?, pues bien, esa misión me fue encomendada desde un comienzo, desde que te conocí y una de mis misiones, además de apoyarte y no dejarte solo, es que conozcas tu interior, ese tan desconocido por nosotros en momentos, pero que cuando conocemos, no deseamos abandonar".
Sonrei, sintiendo que cada juego de palabras sobre tu responsabilidad sobre mi, termino por convertirse en una realidad palpable, que podía sentir y percibir en tus palabras y en tus ojos...en tu voz y tus sentimientos. Que desde el primer día logre descubrir que eran ciertos, sin mentiras, sin escudos de irrealidad, que eran palabras, sentimientos y demostraciones de amistad que escapaban de lo que normalemente había vivido con otras personas...Fue por eso que acepte como cierto, el que fueras mi apoyo y la persona en la que más debía confiar, pero jamás imaginé que en la realidad, todo aquello que me demostrabas, alcanzaba este nivel, estal magnitud que en este lugar me has manifestado...No había terminado de pensar eso cuando una luz cegadora nos alumbraba al final de nuestra caminata...Te pregunte que era y me dijiste..."Ven, acompañame"
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