10 agosto 2011

Diferentes

A veces, el aprender no se limita a ciertos lugares, a ciertas personas, a ciertas situaciones de la vida. A veces nos podemos llevar una sorpresa que ni nosotros esperamos, porque encontramos a alguien que fuera de toda nuestra costumbre, nos enseñe algo, por muy insignificante que parezca al comienzo, pero que con el pasar del tiempo se transforma en algo que puede servirnos mucho, que puede fortalcernos mucho.

El tiempo que nos conocemos no es el mismo que los demás, pero aún así, ha sido bueno. La confianza ha sido un pequeño pilar que aunque ha crecido lento, ha crecido y eso ha sido importante. Mis tiempos, mis animos y otros momentos, me impedían dar un poco más de espacio en mi corazón a ti, esta pequeña persona que conocía y que me estaba entregando una fortaleza, que en ese comienzo no pude distinguir, pero que no tardé mucho en descubrir.

Cegado en mis lágrimas, olvidé cuan importante es sonreir sin tener una razón, sólo hacerlo. Olvidé cuan lindo es compartir con las personas de nuestro entorno, de no encerrarnos siempre en las mismas...Quizás alguien más me lo dijo alguna vez, que debía conocer a muchas personas y no cerrarme al mundo, el hacer caso a esa recomendación fue lo más indicado...Porque en eso fue que te conocí y me di cuenta que me haces muy muy bien. Verte sonreir, sin razón aparente, el verte haciendo cosas a veces que me sacaban sonrisas, me hacía bien y me gustaba. Y ahora, que me demostraras que me quieres y que te importo, me devolvió un poco más de fuerza...Sentí que le importo a alguien más...

No me importa que seamos diferente, es en esa diferencia en la que me doy cuenta que podemos ser un pequeño complemento. Yo prometí protegerte y eso es lo que haré. Y por tu parte, sé que tampoco quieres que sea diferente.

Te quiero mucho, a veces lo hago más notorio, pero tu sabes que lo trato de hacer especial cada vez que te lo digo...Lo que importa es que...Me ayudas de una pequeña manera, pequeña como tu...Pero que a la larga se que será una fortaleza grande...Una de esas fortalezas que me devuelven las ganas de sentir que puedo continuar...

Tenerte simplemente

"La verdad duele, pero debo asumirla de una vez... Debo darme cuenta que ese mundo idealizado en el que viví ese día en aquel lugar, tomado a tu mano, duró hasta el momento de saber que no podría tenerte... Que ya no hay ninguna posibilidad y que debo asumir que tu amistad es el único tesoro que podré conservar...

Desperté, la realidad tal vez no sea tan diferente y los lindos momentos que he vivido desde que llegó aquella persona que me ayudo recobrar la felicidad, sigan con el tiempo...Pero ahora, no debo olvidar que estoy como antes, como siempre...Solo, sin ti...Nunca te tuve y nunca te tendré, de la forma que quería..."

~

Ahora debo seguir como siempre, como lo he estado haciendo este último tiempo, con esta fuerza que pocas veces he tenido...Ante todo, agradezco lo que han hecho por mí en esta etapa, el de levantarme, protegerme, devolverme fuerzas perdidas durante mucho tiempo, darme muchas herramientas, tal vez en pocas palabras, pero todo ha servido de alguna manera. Recuperé mi sonrisa sincera, esa que no podía esbozar hace mucho tiempo. Costó, pero lo logré...El cómo lo logré, es algo que puedo resumir en una sola frase: Frialdad.

Suena extraño decirlo así, pero es justamente eso lo que me hacía falta y no quise asumir. El ver las cosas con más neutralidad, analizarlas, pensar muy bien todo, fue un primer gran paso. De la mano a eso, siguió el lograr ver las cosas de una manera más optimista, sin dejarme caer en un agujero que mi corazón pensaba enorme, siendo que no me llegaba ni a los tobillos. Aunque todo esto no fue gracias a mi mismo, no deja de ser menos lindo que alguien más me ayudara en el primer paso. Inconcientemente mi corazón no dejó que lo ayudaran más y siguió sólo en todo lo que siguiera en este nuevo paso...Al ver cuánto es que podía por su cuenta, me di cuenta de cuánta razón tenían muchas palabras que muchas perosna me habían dicho: Sí Diego, si puedes solo....

Estoy ante un mundo igual que siempre, pero con una fuerza que en este lugar jamás había tenido...Me atrevo, lo intentaré, lo haré...Me caiga cuántas veces sea necesario, pero no me detendré. Estoy creyendo en mí y eso era mi gran defecto, no hacerlo...Y ahora que lo hago, veo que no es más que intentarlo y alcanzaré muchas de las metas que me propusé y me propondré...

No debo olvidar lo que TÚ has hecho...Por eso...Te agradezco a ti, no sólo por tu ayuda ni tu apoyo...Sino porque estás conmigo, a mi lado...Agradezco, tenerte simplemente...

En algún momento.

Desperté de mi sueño en aquel momento y creí haber estado soñando toda una tarde, todo un día entero, pero me di cuenta que no habían sido más de cinco minutos, que sentado en aquellos asientos de aquella estación, había imaginado un mundo, un camino a seguir junto a ti, que encontraba, ya despierto, simplemente hermoso.

Todo comenzaba conmigo, sentado esperando el tren que me llevaría hasta donde tú estabas, sentado siempre a la misma hora y en el mismo lugar, 9:30 de la mañana. Imaginaba que todos los días que pudiera ir a verte, estaría esperando sentado aquel tren a la misma hora cada vez y con las mismas ganas de volver llegar a tus brazos. Luego, el trayecto... Recordando qué habíamos vivido la vez anterior a ese día ficticio, cada abrazo, cada cariño, cada uno de esos besos, cada cosa que vivimos en aquel anterior encuentro. Imaginaba que lo recordaba mientras el paisaje iba cambiando, de edificios, torres sin fin y personas corriendo de un lado para otro, a flores, árboles, animales pastando, tranquilidad acompañada de un sol que contemplaba, como una vez más regresaba a ti. Llegaba a destino, me esperabas en aquella estación, te besaba y abrazaba muy fuertemente y tomados de la mano salíamos a vivir uno más de los días que imaginaba, íbamos a vivir una y otra vez sin fin.

Sin darme cuenta, había llegado el metro, debía partir a casa desde aquel parque donde te vi por primera vez, de aquel parte en el que no pensé iba a conocer a quien inundaba mis sueños en aquel momentos, aquellos sueños más lindos cada vez.

Luego de un rato, seguía mi viaje…Caminaba entre la gente, sin dejar de imaginar. Esta vez, te imaginaba junto a mi en un lindo lugar, era un parque, distinto al que te conocí, lleno de niños, gente que disfrutaba el día junto a sus seres queridos y allí, tú y yo, sentados en el pasto, tomados de la mano, conversando de las cosas que nos habían pasado durante la semana. Chocolate, eso era lo que comíamos, tiernamente, como si nada en aquel momentos nos importase más que compartirlo, compartir ese instante junto al otro. Recuerdo que te besaba y te decía lo mucho que agradecía el haberte conocido, el que me estuvieras haciendo tan, pero tan feliz… Que eras la persona que recobró mis ganas de vivir y ser feliz ante cualquier cosa. Tú me mirabas y oías atentamente y con una sonrisa en tu rostro y tus ojos vidriosos, atinabas sólo a abrazarme y decirme que me querías demasiado, que no me dejarías solo por nada y que esa historia que imaginaba juntos, iba a ser para siempre.

Cuando pude reaccionar, mii viaje en metro había terminado. Desperté de mi sueño despierto, en la estación terminal y me di cuenta que estaba solo dentro del vagón, un guardia miraba a mi lado y me preguntaba si estaba bien, asentí con la cabeza y me puse de pie y caminé, para reanudar mi viaje a casa, aún faltaba un poco antes de llegar… Pensaba, que también, nos faltaba en realidad, un poco, tal vez mucho, para llegar a ser lo que en mis sueños pensaba. Empecé a pensar en lo que hemos vivido y todo lo que nos falta por vivir, me convencí de una cosa: de que te quiero cada día más…Que estás llenando ese espacio en mi corazón que creí otra persona llenaría, pero que creo terminaste siendo tú, quien lo cubriría. En eso, pensé…

¿Y si estos sueños se hacen realidad…Serán contigo? Mi corazón sólo me respondió… Espera y haz las cosas bien, que tal vez esa persona, sea la que esté contigo y haga tus sueños realidad.

Imaginé el día de nuestro próximo encuentro, contándote todo esto, diciéndote cuánto es que te quiero… A la vez que un abrazo nos unía, quizás como en aquel sueño, quizás como será en nuestro camino juntos…En algún momento.